domingo, diciembre 30, 2007

Penas.

Buscando en un viejo gabinete cercano a mi cuarto, encontré una carta muy vieja, escrita con dolor en el pecho, cuando tenía momentos incontrolables, las penas del amor, por lo tanto he decidido copiarla en mi blog y compartirla con todos los que entran seguido.

Saludos Cordiales.

Penas

Balbuceo y describo esta fuerza etérea, que me trajo el desgaste de hormonas apiladas, junto a la fuente de la indiferencia perdida, y la intención ilógica de pronunciar un deleite en medio de la guerra amontonando versos y poemas, la más fina prosa que nunca llego a materializarse, dadas estás palabras quiero agradecer a tu desolación y tu falta de amor en las ya casi una década de vida, confirmo por fin el abandono, y espero también el digno final de dicha historia surrealista, e igual de efímera para la humanidad, cómo el naufrago encontré el escorbuto, pero contrario al del zozobro ya que carente de amor y no de alimento.

Fue profanada la virtud de huérfana, la fechoría del que delata al falso mendigo que es incapaz de laborar, y a su puta vida, además de la insistencia rallada, sobre una conexión equivoca y desarticulada, confieso conjuntamente el deleite de cierto placer iracundo subsanado por el llamado tiempo, el mentor de mis días, y padre de mis carencias intelectuales y creativas, no obstante también me apetece pronunciar el rigor del mal entendido recurrente que se sentía abyecto y convicto por tu longevidad del dolor.

Yo condeno severamente al pensamiento minimalista de la razón, achicado entre tanta prosa y la desmesurada palabrería del populacho, que insistiendo sacar agua del bote, termino asfixiado por la grandeza del oleaje y la segunda capa de agua del amar, el extremo uso de vendajes en los ojos, para amortiguar la vista hacia los verdaderos problemas, y condeno también las ansias infinitas de conquistar un maniquí maldito, escudado por la subjetividad, y remisión de los sabios consejos nunca acatados.

No obstante me conviene destacar las buenas intenciones, nunca desquebrajadas, dado que el fin siempre fue beneficioso para envalentar el llamado de la moral y amor, para acrecentar paredes, y estructuras de experiencia, todo ello forjado en un promedio de tiempo bastante amplio, sin embargo no fue tiempo encarecido, fue un yelmo sagrado inteligible.

Gabriel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen comienzo