Vivimos pensando en lo que no pudo ser, y muchas veces nos perdemos una vida en la que sólo venimos a probar nuevos sabores, experiencias y a conocer gente. Un regreso a la vida como cada vez que escucho una canción de Pink Floyd.
Todo añoramos el pasado, porque la melancolía es un sentimiento que también genera inspiración, aquellos momentos, sonrisas, compartir, la comida que alguna vez degustamos. Pero en esa inexperiencia del pasado, no somos conscientes de que todo es tan efímero como un momento, ni siquiera nos detenemos a cavilar, que estamos tejiendo recuerdos.
Todos caemos, todos nos levantamos, o nos hundimos más, pero lo cierto es que en ese lapso, lo único real es el tiempo, el cual nunca perdona a nadie, el mismo que vemos con ojos cansados, canas o calvos, nos retrocede a pensar en el yo de ese momento, que veía todo eterno, y en cierta forma lo es, porque se trataba de un recuerdo.
Somos humanos con muchos sentimientos.