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domingo, febrero 21, 2010

Descubrí un nuevo sabor

Cavilando entre las montañas de recuerdos que por lo general se amontonan cuando bebo o pruebo un sabor que desde hace mucho se convirtió en el panorama perfecto para mi rutina. Así me sucede, y así se suceden los acontecimientos.

Recuerdo a mi abuelo Figo, le decían así por su parecido tan similar a un perro con los cachetes que se derramaban por su rostro, y por su curiosa mirada cansada, además estaba obsesionado con una vieja boina francesa que le regalaron para uno de sus cumpleaños, a mí me parecía algo divertido, claro con el tiempo me enteré que se trataba de una excusa para ocultar su calvicie. Y al mismo tiempo darse cierto aire de intelectual, a pesar de que nunca terminó ni siquiera la secundaria, no obstante para mí él era un héroe y aún lo sigue siendo en esos pasadizos de mis recuerdos.

Era muy normal en ese entonces que me llevara a recorrer la ciudad de mi natal San José, aunque parecía ser más pintoresca por ese entonces, caminamos por las calles adoquinadas de la avenida, claro no eran adoquinadas, y mucho menos bonitas, pero para ese entonces se veían como si fueran un conjunto de piedras perfectamente talladas sobre sí, además de que por alguna razón no recuerdo los olores pestilentes gracias a la poca rigurosidad de la alcaldía. Lo importante en ese momento era observar los payasos y los globos, y sobre todo aquél hombre que no dejaba de decir: -"Burbujas, burbujas! compre burbujas!"- en realidad en toda mi infancia fui duelo de varias de esas herramientas baratas para crear burbujas, aunque confieso que la mayoría del tiempo terminé rompiendo ese curioso aro que se pega a un palito para soplar las famosas Pompas de jabón.

En fin el camino era eterno y me cansaba muy rápido, y mi abuelo no dejaba de contarme historias de temas variados como sus idas y venidas, claro en ese entonces no sabía que la mitad de sus relatos eran una cachetada a la inteligencia humana, pero bueno que poco o nada le puede importar eso a un niño, el niño todo lo cree y sus maestros son sabios y gurus sacados de alguna tribu especial, donde las cosas más increíbles cobran sentido, fue entonces cuando pasamos en frente de aquella heladería, sus formas y colores llamativos hicieron que jalara de la mano a mi abuelo, en señal de que nos detuviésemos a probar un helado, ese establecimiento era algo así como un palacio tallado de colores y fríos sabores que se resumían en altas cantidades de azúcar como para volverte loco por una semana, veía las torres de chocolate, de caramelo, en otra vitrina estaban las especies como diversas semillas, pelotitas de colores, y miles de chispas de sabores, tardaría mucho en describirlo, pero lo que si puedo decir es que siempre tuve deseos de hacerme un megahipergigantegrandioso helado con todo eso, claro nunca pude concretar mi sueño, no obstante me queda el recuerdo de esa heladería que por cierto hace muchos años dejo de existir.

Mi abuelo con una sonrisa y a la vez acomodando sus anteojos me dijo: -Oye chico que te gustaría probar, te invito a un helado-, yo quería comentarle mi idea del gigante monstruo frío para probar muchos sabores a la vez, sin embargo me conformé con un pequeño helado, porque a la vez sabía de la mesura que hay que tener cuando no se vive en abundancia.

Sabía que el sabor elegido sería Vainilla, siempre he tenido esa preferencia por la rica vainilla para mí es como leche en forma de helado, el resto tienen otros sabores que no me apasionan demasiado, incluso prefiero uno de vainilla con pedazos de galleta, estaba dispuesto a ordenar cuando la dependiente del mostrador me dijo: -Hola niño ¿De qué sabor quieres tu helado? al mismo tiempo señalaba las diferentes cubetas donde estaban los sabores variopintos y a la vez decía: vainilla, fresa, chocolate, caramelo, pitufo...- mi cabeza estallo en emoción, escuchar la palabra Pitufo moldeada en un helado, es decir era azul y a la vez se veía tentador, no podía dejar de imaginar a un pequeño pitufo molido en alguna batidora y luego por cierto proceso convertido en un helado, no dude ni un minuto escogí el helado azul que tan curioso y sobre todo apetitoso se veía.

Cuando tenía el cono en mi mano sólo podía ver esa montaña de helado azul justo enfrente de mis ojos, me parecía tan agradable, y mi abuelo me tomo de la mano libre, para que continuáramos nuestro camino, fue en ese justo momento cuando decidí darle la primera lamida al producto lácteo, cuando por fin lo hice una nube negra nubló mi panorama, no podía ver nada más que sentir ese horrible sabor en mi boca, era repulsivo y sobre todo había una extraña sensación de estar probando un no helado. Al final me acerqué a una de las vitrinas de las tantas tiendas que poblaban la capital por ese entonces, y cuando miré mi reflejo en el espejo saqué mi lengua y pude ver la tonalidad azul que había adquirido producto del famoso helado Pitufo, de todo lo malo eso fue lo que me pareció más divertido, no obstante cuando pasamos cerca de un contenedor de basura no dudé en arrojar el helado.

Así pasaron muchos años y hoy en día recuerdo esa asquerosa historia, ahora mismo estoy sentado en el mueble, y claro en uno de los regazos del mismo hay una copita con Helado Pitufo.

miércoles, enero 27, 2010

El papá de mis sueños

El carisma de Dios suele ser el mismo que el de un padre al hijo, por aquellos días yo todavía amaba a mí Señor y desde luego también a mi padre.

Recuerdo los atardeceres con tonos amarillos y anaranjados, también recuerdo la plaza en donde mis amigos y yo nos reuníamos, era muy normal jugar distintos juegos pueriles, desde rayuela, hasta escondido y los ya clásicos fútbol, baseball y básquetbol, ahí nos daban las horas, justo después de salir de las aulas, nos dirigíamos a jugar toda la tarde, algunas veces también recibíamos la noche y era hasta que una de nuestras madres furiosa nos advertía que era demasiado tarde para seguir nuestros responsables juegos, y te digo a vos que eran responsable porque en todo ese tiempo éramos puntuales pocas veces disfrutamos tanto como esos años allá por el 94. Justo después de disfrutar de nuestra reunión me iba a la casa, y me ponía a leer historietas o a escuchar la radio, detestaba sobre todas las cosas cuando sonaba una canción de algún tipo que realmente me tocaba los cojones, pero como todo en la vida sólo esperaba a que terminara la canción, quizás por la fidelidad que tenía por ese entonces a la emisora Exa 89.

A la Edad de 8 años mi padre siempre compartía conmigo, me llevaba los fines de semana a pescar, yo no entendía demasiado del deporte, y nunca hasta el día de hoy entiendo la diferencia de las carnadas y anzuelos, sin embargo a mi viejo le atraía tanto que es difícil no recordarlo al ver cualquier implemento de pesca. Un día cuando regresaba de la escuela, esperaba colocarme mis tacos de fútbol para ir a jugar con los chicos, sin embargo la fortuna no me sonrío esta vez, dado que cuando me dirigía a mi casa vi un grupo de ambulancias justo al frente de nuestra vieja casa en barrio Escalona, justo ahí pensé que se trataba de algún simulacro de tantos que hacía la comunidad por aquella zona, pero cuando vi a los paramédicos saliendo por las puertas, me di cuenta que llevaban un cuerpo bajo unas sábanas, después de eso salió mi madre llorando con una cara de angustia como nunca le había observado en toda mi corta edad.

Corrí hacia ella en señal de respuesta y lo único que pudo decir fue: “Se nos fue”, inmediatamente después de eso, entendí que se trataba de mi padre, mi papá se había ido, no sabía de qué manera pero lo único que pude hacer fue acompañar a mi madre en el llanto, que no sólo me hizo perder un año de escuela sino que se prolongo por alrededor de unos 6 meses. Desde ese momento comenzó mi furia contra Dios, yo no comprendía al viejo, estaba furioso quería una citatoria con él, algunas veces apile varias cajas en la sala de mi casa y le suplicaba a los ángeles que me llevarán a hablar con él, todo para que me diera respuestas de: ¿Dónde estaba mi padre?, desde luego nunca tuve respuesta… yo no podía entender porque si el país era tan grande, e incluso el barrio, por qué teníamos que ser nosotros a quienes nos pasara esto. ¿Por qué mi padre que gozaba de buena salud, porque tenía que darle un infarto?, me sentaba muchas horas justo en el suelo de la sala, para observar uno de los tantos pescados que mi padre tenía colgado justo en el centro de la pared de la sala, imaginaba todo el empeño y lo orgulloso que se sentía de haberlo atrapado.

La gente en el barrio nos miraba con cierta lástima, y sabiendo que la profesión de mi madre era ser ama de casa, terminaron haciendo una colecta para poder suplirnos un poco de ayuda al menos por alrededor de 7 meses, yo me sentía muy humillado, porque una cosa era ser ayudado y otra que te vean con cara de tristeza en todo lado que ibas, desde que hablaba con el sacerdote de la capilla comunal, hasta el profesor en la escuela que a cada instante quería hablar a solas conmigo, tan sólo para darme apoyo o más bien para elevar su ego. Después de 1 año mi madre ya no pudo más y tuvimos que mudarnos a un barrio marginal, dado que ella no pudo seguir manteniendo una familia de 2 niños, ya que su trabajo de cajera en un supermercado, no daba los ingresos suficientes para poder seguir viviendo una vida más o menos decente. Con el paso de los años entendí más el mensaje del de Arriba, sabía que no era una cosa exclusiva de mi familia, pero costó mucho asimilar la pérdida, ahora veo con otros ojos la vida, ahora desde mi piso de madera que cruje por las noches. Pero el pescado de mi padre sigue colgado en la pared de mi sala, y no sólo el pescado, sino también mi corazón porque lo amo mucho.

La mécanica del Diario

¿No sé cuanto tiempo ha pasado? ni siquiera sé en que momento me perdí, lo único que puedo ver es el interior de mi bebida alcohólica dando vueltas en mi copa, es difícil sostener una vida, creo que al final por eso acepto la copa de otro caballero que cordialmente me invita a seguir bebiendo.

Con esta ya van alrededor de 4 tragos, siempre de un caballero distinto, he visto varios hombres atractivos, pero sigo con una pena muy grande por eso prefiero tomarme el tiempo literalmente, es decir bebiendo de las copas, al lado esta mi amiga Jessica, sólo se ríe, es complejo entenderle a alguien en ese estado de ebriedad. Yo sin embargo soy más precavida y me mido en base a las anteriores experiencias, confiezo que 4 copas me ponen bastante feliz, sin embargo puedo mantenerme lo suficiente racional como para saber donde estoy y donde voy.

Es la tercera vez que voy al baño, dado que soy como las que en España conocen: "De pitillo flojo", puedo caminar bien y desde luego tengo unos minutos en el baño de mujeres, el mismo siempre es un drama, y más parece una sala de reuniones que un baño en sí, hay amigas por aquí y por allá hablando de acontecimientos que poco o nada me importan, de hecho yo soy de las que asisto sola, no me gusta ir acompañada para chismear, he tenido tiempo para colocar un poco de agua en mi rostro, no me preocupa el maquillaje, dado que contrario a las otras chicas no soy de las que usa demasiado, he tenido el suficiente tiempo como para ver mi rostro en el espejo, me veo poco feliz y hasta algo cansada, no sé exactamente a que se debe, a mis 25 años debería sentirme bien. Es acaso que todo con el tiempo se complica. No es que envidie a las demás personas pero me gustaría a veces estar en otro lugar, quizás gracias a mi juventud tengo deseos de tenerlo todo ya, y a toda costa, incluso lo mejor.

En fin, lo único que deseo es volver a tomar otra copa, nada mejor que una bebida fuerte y con aroma a cereza, a veces hago una analogía y cada trago es como una inyección para socializar más, y no pensar tanto, porque el pensar es a veces el mayor esclavo a los sueños que probablemente nunca realicemos, por eso prefiero inyectar más alcohol a mi cuerpo, que seguir viviendo irrealidades, al menos por algunos instantes suelo pensar que poseo todo lo del mundo, todo eso al alcance de una copa.

Con un poco más de confianza me he quitado los tacones, nadie podría verlo dado que el antro esta bastante oscuro y por debajo de la mesa es complicado que alguien se acerque, justo a mi lado se ha sentado un muchacho, claro que me lo ha pedido de manera cortés y yo al mirar el estado de la para mí Invisible Jessica he decidido aceptar su propuesta.

-Hola mi nombre es Miguel, yo fui quien te invitó a la copa- dijo con un tono casi sensual, yo desde luego no sabía de que copa hablaba porque es muy natural y por cierta astucia que tengo al ir a bares y recibir invitaciones de bebidas con apenas conocer algo de los tipos. yo respondí: -Muchas gracias la verdad es que ese martini me encantó-.

-Martini, yo te invité a un whisky en las rocas- dijo con tono de preocupado. Me di cuenta que no se trataba de la última bebida sino de una anterior, este tipo de situaciones no sólo comprometen humillan pero sé librarme de ellas, así que dije: -Es cierto lo que pasa es que Jessica mi amiga me la cambio porque ella quería beber Whisky-.

-Suele suceder, mirá me he dado cuenta que te veo pensativa y con una sensibilidad demasiado exagerada como para estar en un antro como este, dime ¿Deberíamos ir a algún lugar más tranquilo para poder platicar sobre nosotros?.- A medida que terminaba sus frases pausaba más la voz como para insinuar un mensaje de sexo cada vez más explícito.Yo no es que sea una santa, desde luego me gusta volverme difícil ante chicos que conozco demasiado, lo que pasa es que cuando conoces a alguien profundamente involucras el corazón y los sentimientos y realmente no haces sexo, sino que tienes un cúmulo de sentimientos que te mueven todo el cuerpo, incluso en el vientre sientes como mariposas, a diferencia del sexo, que desde luego es una necesidad, sin amor no es más que sexo. Pero finalmente el sexo también es muy bueno, esta es una declaración que no admitiría en las fiestas de café y galletas con mis amigas, pero a mí me encanta hacer el amor, y por eso no dudo demasiado ante propuestas esporádicas.

-Me encantaría estar a solas contigo Miguel, pero también tengo la responsabilidad de dejar a Jessica en la puerta de su apartamento, porque si miras el estado de ella es imposible que por sí sola llegue.- Le dije mientras mi mirada se detenía justo al enfocar sus bellos ojos de color azul.

-No deberías preocuparte, dado que también estás algo ebria pero yo casi no he bebido y puedo dejarla a ella en su apartamento y luego irme contigo a conversar en el mío- dijo Miguel con la voz que cada vez era algo más apetecible para mi persona, sin duda acepte moviendo la cabeza, y nos fuimos en su auto, un deportivo de color negro, que daba la sensación de ser de un ganster por sus vidrios polarizados.

En el trayecto no dijimos ni una sola palabra, yo sólo cavilaba sobre lo que haríamos después de dejar a Jessica. Cuando llegamos justo a ese momento fue una tarea difícil guiar a mi amiga para poder encontrar su puerta, y me sentí como en un juego de televisión de sábado, dado que tuve que probar como 1000 llaves para por fin dar con la que abría la puerta central, una vez entramos a la sala, Jessica se desplomó sobre el sofá de su sala principal, yo le apagué las luces y me fui al auto de Miguel.

-Tu amiga se pasó de copas, pobrecita- Dijo Miguel, a lo que yo respondí; -Estará bien para mañana lo que sucede es que esta deprimida porque su novio recientemente la ha dejado y entonces no sabe como sobrellevar la situación-.

-Entiendo suele suceder, me pregunto ¿Cómo una chica tan sensual como vos no tiene novio?- Me dijo con ciertos aires de grandeza, a lo que yo respondí: -Nunca dije que no tuviera novio, pero sé tus intenciones de esta noche, tienes deseos de tener relaciones conmigo, y te diré una cosa, no te lo voy a negar tengo muchas ganas de hacerlo también.-

Fuimos a su apartamento, un lugar cerca del muelle, con cierto estilo de lujo, de hecho recuerdo las lámparas de la entrada parecían remontarte a otra época, no puedo describir demasiado dado que la clase de historia del arte nunca fue demasiado excitante para mi persona. Lo que si puedo mencionar es que creo haber tenido una de mis mejores relaciones sexuales esa noche. Tampoco quiero entrar demasiado en detalle, hay momentos en que una persona debe guardarse sus momentos de lujuria para ella misma.

Al día siguiente Miguel se despertó mucho después que yo, y cuando vio que me retiraba de su apartamento me dijo: -Espera, quiero saber una cosa, por qué razón desde que te conocí en el bar, no me has dado un sólo beso a pesar de que hemos tenido relaciones sexuales y nos hemos acariciado-, a lo que yo respondí: -Estás loco, ¿Un beso? sería demasiado íntimo, fue sólo sexo...-

Un beso es lo que realmente me remueve el corazón, un beso es lo más grande que puede sentir cualquier mujer, no es lo mismo que sólo tener relaciones, es algo más profundo, que trasciende, algo que te libera, que te envía directo a otro mundo, yo desde luego tuve otros momentos de sexo nada más pero un beso... un beso todavía espero de mi verdadero amor.


lunes, julio 09, 2007

En el alto de Cendre

Hola hace mucho tiempo que no tengo la oportunidad de compartir un cuento con ustedes y la verdad es que este en especifico en sí nace de una conversación que tuve hace algunos meses con una amiga por sms, para ser más concreto hablaba con Rebeca y ella me dijo: "contamé un cuento inventado" y se me ocurrió este que van a leer a continuación, espero que les guste.

Saludos Cordiales.

En el alto de Cendre.

En la parte más alta de una pequeña isla, existía una gran montaña bautizada Cendre, era muy ordinario encontrar aldeanos tomando agua del río que iniciaba en el bello montículo y que escapaba en el mar como todo aquél que busca libertad para poder respirar.

Entre tanta vegetación se perdían muchos matices del mundo urbano, pero esto a la vez, dotaba de un carismático ambiente al bello pueblo, ¿Quién puede extrañar el olor a gas?, o la superficialidad de una sociedad acostumbrada a los estereotipos, es tan curioso que la preocupación de los estándares impuestos por la sociedad actual, nos limiten más a pensar que a apreciar ¿imaginas la cantidad de atardeceres que nos hemos perdido?, y es que somos víctimas de un patrón impuesto, pero en esta isla todo es distinto.

A orillas del río una chica bañaba su cuerpo desnudo, el complemento parecía natural y pulcro, pero la realidad era otra, esta mujer de nombre Lilarah se quejaba constantemente de la simpleza de la vida rural, comentaba en numerables ocasiones que era preferible vivir en una ciudad capital, conocer de estrellas distintas a las que tan hermosas se miran en el cielo, era desigual a las damas de la isla porque aunque estas eran vanidosas, no tenían ese extremismo de la perfección impuesta.

Lilarah disfrutaba bañando su cuerpo entre las rocas, una vez terminada su tarea se dispuso a broncear su belleza, tenía que trepar por algunas piedras para colocarse en la plataforma natural que parecía construida por Dios para ella, era su ritual de cada mañana, mientras subía lentamente no pensó nunca que la vida le jugaría un infortunado pasaje, ya que mientras se aferraba de las rocas, un error le propino una caída tan grande, que la dejo tumbada y adolorida al lado del río.

Cuando abrió los ojos para volver en sí, notó como todas sus costillas estaban fracturadas, pero el golpe que más le impactó fue el de su pierna, ya que tenía una herida abierta de unos 15 cm producto de una rama que se le incrusto cuando caía. Tenía mucho dolor pero a la vez pensaba en lo zarrapastrosa que se veía, además ni siquiera tenía fuerzas para caminar, pensaba mucho en el que dirán las demás personas al verla así.

Pasaron algunos minutos mientras pensaba que hacer, pero cerca de allí escucho un estruendo que probablemente provenía de un animal salvaje, a Lilarah se le llenaron los ojos de lágrimas, tenía una agonía recóndita y no era capaz de encontrar una solución exacta ante esa circunstancia.
Analizo la situación y dijo: —Podría gritar para que los aldeanos que están cerca de mí, acudieran por mi ayuda, pero al mismo tiempo tendría que vivir con esta condena de una cicatriz profunda y estéticamente horrible en mi pierna, además las demás chicas se burlarían, porque saben lo hermosa que soy, y la envidia siempre ha corrido por sus venas. — Mientras decía todo eso el ruido intenso se escuchaba cada vez más cerca… y la chica se preocupaba cada vez más.
Decía: — ¡Oh Dios mío! ¿Qué será de mí si ese animal me come?, ¿Cómo puedo morir aquí?, ese ruido terrible es cada vez más fuerte ese asesino salvaje debe estar por llegar… —
Las horas pasaban y Lilarah se encontraba frente a otro gran problema y es que ya no sólo el ruido la molestaba sino también el empezar a perder mucha sangre y probablemente sino pedía ayuda, pronto moriría. La chica empezó a toser y se dio cuenta que de su boca también salía sangre, lo cuál la aterro.

El gruñido era tan fuerte que en un punto determinado lo sintió justo en su espalda, y la chica decidió que valía mucho más su vida que aguantar la humillación de ser devorada por un animal como ese, entonces fue cuando abrió su boca para dar ese grito de socorro para poder tener una chance en la vida, sin embargo el resultado la dejo estupefacta, el grito que salió de su boca era exactamente igual al ruido que escucho horas antes, el llamado era simplemente una materialización de sus miedos, los ojos de lilarah se abrieron mucho más de lo normal, levanto su tórax lo más que pudo y como si alguien hubiese oprimido un botón de un pronto a otro el cuerpo de la chica cayo en la tierra totalmente sin vida.

Nadie puede huir de los miedos, tarde o temprano nos encontraremos con ellos.



lunes, enero 08, 2007

Retocando al jefe.

Hola siguiendo con la tematica de retocar al dueño del foro, he decidido adaptar dos gif animados al concepto Quique, el primero es el medio de transporte que utiliza nuestro amigo uruguayo, y el segundo es lo que sería un carro tuneado a la Quique.

Saludos Cordiales.




jueves, noviembre 16, 2006

El Renacer del Avatar

Hola hace algunos días me retaron en el foro a crear una historia donde mi avatar saliera de la pantalla, y esto fue lo que se me ocurrió a ver que tal les parece:


El Renacer del Avatar



Me despierto por la mañana, hace rato no dormía tan bien como lo he hecho el día de ayer, eran quizás las siete y pude ver como el sol empezaba a enviarme esos primerizos rayos de color dorado que lentamente se iban filtrando por la habitación, tiñéndola por completo de un intenso color, puedo ponerme exagerado e incluso decir que parecía todo uniforme en cuanto a composición casi como cuando tomas una fotografía con el efecto sepia.

Como ya es costumbre me dirigí al foro a mirar las peripecias mundanas, a revisar tan agradables sorpresas que se encuentran día tras día, especialmente en el foro de literatura donde los escritos son de gente que conoces un poco que responde bajo pseudónimos como VozDeLosMuertos, lodis, muad_did, etc. Cada uno tiene su particularidad a la hora de escribir, algunos son más autobiográficos. Otros por el contrario hablan de todo lo que sueñan, y en más reducido número encuentras relatos del estilo del Marqués de Sade.

Cuando me dirigí a uno de los tópicos para dejar mi opinión, noté que en el espacio donde mi avatar debía encontrarse, no había absolutamente nada, no le di mayor importancia ya que pensé que debía ser un error del servidor o de mi vieja computadora.

Pase muchas horas en Internet, tantas que oscureció y después de conversar con amigos fui al bar de la esquina llamado Rafas, y pedí algunos tragos para calmar las penas de mi desgracia en cuanto al amor se refiere, me hice demasiadas preguntas sin respuesta, ¿Realmente existe el amor?,¿Qué es el amor?,¿He fallado yo o han sido ellas?, la verdad es que el grado de subjetividad que tienen esas respuestas es tan amplio que no se podría decir algo en concreto, por lo tanto entre más preguntas hacia mucho más me agobiaba, sin embargo el alcohol hacía bien su trabajo y olvidaba el dolor por un instante.

El cantinero ya estaba cansado de escuchar mis plegarías, recuerdo su cara de agotamiento y su eterna respuesta: —Sí, sí. — con una voz que proyectaba más ganas de mandarme a la mierda que de ser mi psicólogo sin título.
Ya llevaba alrededor de ocho martinis, cuando le pregunte: —¿Oye colega puedes pasarme otro trago? —El cantinero pareció tomar interés y me dijo: —Claro, te sirvo los que quieras pero primero dame el dinero—, busque en las bolsas de mi pantalón y note que me había quedado sin absolutamente nada, pero mi necesidad de alcohol era aguda así que le dije —Mira en realidad me he quedado sin dinero pero ¿podrías darme fiado por hoy?— según recuerdo me dijo un dicho de antaño creo que fue: —A otro perro con ese hueso no hay dinero, no hay trago, ahora fuera de aquí que viene más gente y necesito esa silla—, me enfurecí tanto que le dije unas mil groserías y me levante de mi butaca, se me hizo complicado ponerme de pie y empecé a caminar en zigzag, cuando por fin llegué a la puerta me voltee y le dije: — ¡Ah! y una cosa más eres un hijo de puta —. Pensé que me iría como rey de ese lugar, con todo y la cabeza en alto pero inmediatamente solté esa frase, dos tipos con la contextura de un gorila, me tomaron por los hombros y me echaron a patadas a la calle.

Ya para este punto estaba demasiado adolorido con mi cuerpo lastimado lleno de equimosis, creo que de no ser por el alcohol no hubiera podido llegar a mi apartamento, me costo tanto meter la llave en el cerrojo, pero cuando por fin lo conseguí, fui directo al baño a lavarme la cara, no me reconocía en el espejo, sin embargo empecé a pensar de nuevo en lo que me atormentaba, en el amor de mi vida y todo lo que no fue, ese puto dolor que me come el alma paulatinamente, y recordé una frase:”No importa donde vivas sino donde esta el corazón...” — donde vivas, pero que mierda es esa, — grite tan fuerte que creo que hubiera podido despedazar algunos vidrios con el sonido.

No quería recordar más y fui por un cóctel de drogas, de todo consumí esa noche, para que mencionar los nombres exactos si con solo decir que ya no me reconocía en lo absoluto, me volví demente y todas las cosas que tengo en mi hogar las destrocé, tomé mis consolas de videojuegos y las arroje contra las ventanas de las cuáles volaron alrededor de mil cristales rotos, el trastero lo volqueé y todas las vajillas que habían adentro se quebraron, me columpie por las cortinas pero no resistieron mi peso por lo que cayeron hasta el suelo, me detuve mientras respiraba exaltado, y miré toda la catástrofe a mi alrededor, lo que durante años de mi vida conseguí con esfuerzo, pero todo lo que yo tenía era nada porque el corazón estaba vació. En ese momento hubiera cambiado toda esa masa material por estar con la persona que más amo en este mundo. Entonces no hice otra cosa que reírme a carcajadas como un desquiciado lo hubiera hecho.

Fui a mi cuarto y me tumbe en mi cama, podía ver el techo de mi habitación y todo lo intacto y ordenado que había en ella, detuve la mirada en el ordenador, me entraron unas ganas incesantes de ir a comentar mi desgracia al foro para poder desahogarme, pero cuando por fin me acerque al PC, encontré un pequeño hombrecillo respirando lentamente, bajo otra circunstancia me hubiera sorprendido enormemente pero mi grado de alcoholismo y drogadicción era tanto en ese instante que hasta me pareció gracioso y me empecé a reír de él...

Le dije: —Hijo de puta no quiero ni imaginarme el tamaño de tu pene, ¡Oh! Muy tarde ya lo hice, si quieres te consigo una perra chihuahua para que hagas el amor— me miro fijamente sin decir nada. Por lo tanto seguí molestándolo: —Que pasa contigo amiguito, acaso no hablas, encima traes un collar de puta que destaca en tu uniforme—, entonces me responde: —¿Acaso no sabes quien soy? — sorprendido me quede mirándole y le dije: —No sinceramente no tengo ni idea de tu vida ni de quien diablos eres o que eres—, sus ojos se iluminaron de color rojo y enfurecido dijo: —Soy Akuma y me has esclavizado, ¡maldito! — me seguí riendo y le dije: —Mira extraño ser, ya se que personaje eres, lo que no sé es que clase de broma es esta, porque la verdad yo solo te he elegido a ti de avatar en el foro, porque eres un personaje de un juego que tuvo su momento de gloria hace diez años, incluso los jóvenes no tienen ni puta idea de quien eres, con costos saben que te llamas Akuma en Occidente y dudo que sepan que tu nombre de Oriente es Gouki, pero el que estés aquí directamente hablándome es imposible, así que o yo he consumido demasiadas drogas o por fin me he vuelto maniático—.

Hubo un silencio extenso donde solo nos veíamos mientras respirábamos, hasta que el enanito lo corto diciendo: —No tienes idea de lo humillante que ha sido ser tu avatar durante todos estos dos años y medio, he estado entre otros personajes, pero seguro que esto ni siquiera te lo habías cuestionado, por ejemplo ayer que dejabas tu comentario quede cerca de un avatar un pescado para ser más concreto y no sabes el olor horrible que produce ese animal, claro como tu no estas en ese mundo no tienes idea, sin contar las innumerables ocasiones en que te han llamado troll y yo no hallo donde esconderme ante tal humillación. me usas de escudo cuando a veces tus respuestas son más estúpidas que las que podría dar el presidente Bush en cada una de sus declaraciones. —

Lo detuve diciendo: —Un momento enanito, más bien deberías sentirte honrado de estar durante tanto tiempo bajo mi pseudónimo, te lo digo porque he visto miles de personas que cambian su avatar mensualmente y hasta cada semana, así que yo no entiendo porqué tantos reclamos, incluso a veces tienes la suerte de quedar cerca de personajes como Shiva que es una mujer sexy, es más ya quisiera yo poder estar en tu lugar, las 24 horas del día moviéndome aunque sea un poco, porque hasta ese privilegio te he dado eres un avatar animado no como la inmensa mayoría de personajes del foro, yo no sé porque sales aquí a reclamarme estás cosas.. — Se quedo pensativo pero sin quitarme la mirada de encima y me dijo: —Tú no entiendes de la vida, porque ves todo desde un único punto de vista, eres un extremista y no miras a los demás, por eso es que sufres como un idiota por miles de momentos que ya nunca más volverán, entonces quedas anclado pensando en unas mujeres que ni siquiera se acuerdan de ti, porque mientras ellas disfrutan de la vida, tú te vas a un bar a llorar las penas, porque eres tan tonto que no puedes superar el pasado, eres patético y me das un asco que no puedes imaginar... — me enfurecí tanto por lo que escuche que le dije: —Un momento yo creo que estás demasiado loco para andar suelto, o sea venir así de la nada y decirme todas esas cosas, y lo peor es que haciendo un trabajo demasiado fácil ser un simple avatar.— el pequeño también se enfureció e inmediatamente me contesto: — Tú hablas de locos, cuando minutos atrás has destruido todo tu apartamento, pero ¿sabes qué? ya me cansé, y deseaste estar en mi lugar, pues que así sea... — lo trate de golpear y le grite: —¡no espera! Yo no quiero tu lugar... —

En ese momento todo a mi alrededor se desvaneció y pase a estar dentro de la pantalla, era un avatar no tenía movimiento alguno y solo leía lo que escribían los usuarios, sufrí todo lo que el pequeñito me comento antes, pero ya era demasiado tarde, pase una vida atrapado y a día de hoy, sufro lo que mi avatar.

Moraleja:

“Nunca juzgues el trabajo, vida o las acciones de los demás, porque tus simples problemas te impiden ver la realidad.”

Fin.

sábado, octubre 28, 2006

El trébol de 4 hojas.

He sentido la necesidad de escribir mucho en estos días, siento como si fuera un ensayo para algún día ir más allá de mis limitaciones actuales, cualquiera que haya tenido la oportunidad de leerme sabe que me gusta usar mucho el simbolismo, porque yo creo que con esas máscaras se les da sentido propio a los escritos, y lo bueno es que con connotaciones distintas según quien lo lea, bueno sin más que agregar les dejo este...

Saludos Cordiales.

El trébol de cuatro hojas.




Sentado al lado de la fría mesa en una madrugada silenciosa, mis sentidos son solo capaces de captar el tic tac que producen las manecillas del reloj, como si de un juego se tratase, siento que dan vuelta a mi cabeza y me invitan a la reflexión.

Hace unos años un trébol de cuatro hojas para mi no significaba más que una vieja superstición irlandesa, no confiaba en absolutamente nada de lo que respecto a suerte se refiere.

Yo veía en cada conversación nuestra la misma fe del creyente, porque con cada dulce palabra, yo en mi interior tenía la sensación de que me acercaba un poco más a todo lo que tienes dentro del alma, pero cuan erróneo se esta cuando no se tiene ni idea de la noción del tiempo, ni tampoco de la fantasía.

A lo mejor y esta anecdótica es parte de mis equivocas razones que busco en los lugares quizás menos oportunos, aunque en parte es filosofía barata, no dejo de pensar en ese trifolio en el que nunca creí.

El tic tac no sé detiene y a la vez es como un simbolismo de lo que pasa en mi vida, ya que el tiempo corre y la mentalidad más bien se transforma, sin embargo no dejo de inmortalizar esa idea, soy una presa del destino a lo mejor y mi historia no es tan grande pero el solo hecho de recordarla en numerables ocasiones, la convierte en una escena memorable de la vida, una partitura de una gran obra, quizás ahora estoy muy despegado de la realidad, tan así que la experiencia la he fusionado con el recuerdo y se han convertido en una leyenda.

El problema de las leyendas es que muchas veces son más magnas y célebres que la situación en si, y aunque esto parezca una divagación sigo pensando en ese trébol de la suerte que sin darme cuenta, se parece mucho a ti.

Cuando por fin conseguí en el parque cercano a mi casa uno de esos tréboles y lo coloque en la palma de mi mano, realmente la sensación en ese momento es difícil de explicar pero era pequeño y suave, tan así que apenas se sentía un cosquilleo en la mano, más allá de su estado material, me di cuenta lo que significaba tener eso allí, era más grandiosa la historia y el sentimiento que gira alrededor del trébol, que el volumen de dicha planta.

Tener este trébol a mi lado me hizo comprender que al final no distaba en lo absoluto de tu cariño y tus besos, con esta pequeña superstición en mis dedos yo tengo un deseo, el cuál es que en un futuro me dé lo mejor para mi bienestar, es exactamente lo mismo que pasaba cuando tenía prolongadas platicas contigo, quería verte feliz y a la vez favorecerme de tu cariño. (Voy ha abrir paréntesis porque no quiero que lo veas como un objeto, esto va más allá que tan solo eso, el tener el trébol de la suerte te genera una ilusión, o sea con él piensas que puedes tener algo bello en el futuro, básicamente es lo mismo que amarte a ti, porque se vive con ese constante deseo de realizar planes juntos, te ves con hijos a futuro, al igual que con este trébol yo creo que tengo más posibilidades de ganar la lotería, al menos eso dice la antigua leyenda).

El trébol me da seguridad porque pienso que ambos podremos conquistar muchas cosas juntos, así mismo me ocurría contigo, cuando hablábamos durante mucho tiempo en aquellas madrugadas que a día de hoy son un sueño del que por desgracia tuve que despertar, es como si de la noche a la mañana el pequeño trébol no me ayudara a conseguir mis propósitos.

Quizás cualquier persona que lea esto de pronto diga: “¡vaya tontería del tamaño de una casa!, Un trébol es una simple superstición y una vil mentira”, y estoy de acuerdo con ello pero si lo miras con detenimiento tanto el trébol como el amor muchas veces nos dan fe, es decir creemos y nos cargamos de esperanza y de ideas en la cabeza que tal vez nunca sean realizables, y lo mejor de todo es que amamos ese sentimiento, porque no hay nada más increíble que además de tener metas propias como: estudiar algo, escribir o cantar, también podamos compartir la vida con alguien importante, según la subjetividad de cada individuo.

A lo mejor y es un error tratar de buscar un soporte en nuestros sueños, quizás esto se basa en nunca abandonarse y no quedar vulnerable.

Pensaba en la gente ingenua que creía en estas cosas en aquel pasado no tan lejano, los miraba como personas las cuales daban una pena tremenda porque necesitaban de ello para alcanzar lo que siempre habían anhelado, basándose en un apoyo cero racional, sin darme cuenta hasta hoy, que quien estaba dando esa sensación era yo.

A todo esto quiero decir que el amor no es un trébol, pero durante mucho tiempo lo vi de esa manera, sin pensarlo siquiera, hasta hoy... el amor debería ser un sentimiento sin sueño porque es lo que se vive en ese momento, se debe disfrutar de todo lo que hay allí, pero que difícil es cuando por escudo tenemos una mentalidad idealista, y nuestras bases como personas se fomentan en sueños.

Aún con el trébol en mi mano me quede mirándolo por unos instantes, hasta estrujarlo totalmente y que quedará hecho picadillo, inmediatamente lo lancé al basurero más cercano, es bueno saber que el trébol es una tontería, es soberbio el poder despertar...

viernes, octubre 20, 2006

El llamado del lobo.

Bien antes que nada quiero decir que me dedique un poquito a escribir algo rápido que se me ocurrió, quizás podría ser un tanto más intenso, en realidad no me convence 100%.

Saludos Cordiales



El llamado del lobo.

Estaba en mi cabaña desayunando un huevo frito y bebiendo un vaso con leche, cuando por un instante todo se detuvo, podía ver como las cosas a mi alrededor estaban congeladas, desde la lámpara que momentos atrás tintineaba, hasta la gota de agua que caía del grifo, todo se encontraba allí suspendido menos yo, me vinieron a la mente muchas preguntas, que quizás no tienen una respuesta científica exacta, recordé la vieja frase perdida que escuche en algún sitio, esa que dice: “Es mejor vivir mucho en un año, que vivir nada en muchos años.”.

Comprendí que mi vida no tenía sentido ya que algunos meses atrás me dedique a perderme en el vació de la humanidad, mis dibujos ya no tenían pasión alguna, al igual que como era complicado conservar los ojos abiertos y sacar fuerzas para poder mantenerme en pie, la sensación era algo difícil de explicar, para muchas personas es ilógico, las palabras no alcanzan para poder comentar con exactitud de que es lo que transitaba por mi alma.

No me queda más remedio que contar en este escrito lo que ni la ciencia ni la religión e incluso la psicología podrían explicar, poniendo un símil para describir esa anecdótica sensación diré que es como cuando vas al colegio, ya que en esa etapa de la vida son pocas las personas que logran disfrutar de los momentos en las aulas, y no me refiero al típico desorden de los recreos, sino al estudio en si, tener esa pasión para más que estudiar, aprender, y más que eso amar lo que entre líneas llegas a saber, para muchas de las personas (yo incluido) es simplemente un compromiso que con el paso de los años se vuelve ininteligible, basta con hacerse una pregunta sobre una simple ecuación logarítmica, u otro tema de cualquier materia de la cuál probablemente no tengamos ni puta idea, quizás vagos recuerdos son de los que nos logramos adueñar.

Justamente así estaba pasando con mi vida, ya que tenía un compromiso con vivir, más que la satisfacción de amar lo que realmente estaba haciendo, recuerdo cuando el corazón se me llenaba de sentimiento y tomaba una hoja en blanco en la que escribía sin detenerme por lo menos en 2 horas seguidas, dejando plasmado en ese objeto inanimado todo el sentimiento que me brotaba del corazón. Es complicado describir esa chispa, esa magia, que te provoca el ir más allá de lo que puedes dar, es como cuando cocinas con amor a diferencia de cuando lo haces simplemente porque tienes hambre y te introduces lo que sea en la boca.

Salí de mi letargo pero el tiempo transcurrió tan rápido que se hizo de noche y la sensibilidad en mi sentido auditivo se dilato, comencé a escuchar el aullar del lobo, intenso y prepotente, es normal que estos animales se comuniquen de esta manera, lo hacen para tener más facilidad al cazar a sus presas, o sencillamente para marcar territorio, sin embargo este aullido era completamente distinto, ya que más que un simple sonido incomprensible, era un llamado a mi persona.

Adopte cierto instinto animal y sin ponerme los zapatos, ni la chaqueta, comencé a caminar lentamente guiado por el sonido del feroz animal, en cada paso se podía escuchar el crujir de las tablas de mi vieja cabaña en San Peter todo seguía congelado, y solo el sonido me mantenía activo, abrí la puerta de un punta pie y continué mi camino.

Cuando por fin di un paso fuera de la cabaña mis pies desnudos se llenaron de lodo, seguí caminando arrastrando cuanta porquería se cruzará en mi camino, desde astillas de algunos troncos, hasta lombrices o estiércol de otros animales, iluminado por la luz de la luna, y siguiendo el llamado que tanto reclamaba mi presencia, deje de lado los pensamientos que me afectaron tan solo unos minutos atrás, empecé apurar el paso y a respirar rápidamente, en mi camino por el bosque me hice todo tipo de heridas, muchas ramas rozaron mi cara, dejándome marcas totalmente apreciables, muchas partes de mi cuerpo se tornaron de color rojo gracias a la sangre que las cubría, pero no sentía dolor alguno, simplemente el lobo con su aullido me estaba llamando y yo atendía con responsabilidad.

En un momento dado, me encontré con un claro de luna en medio del bosque, y pude dejar que los rayos me dieran directamente en todo el cuerpo, sin pensarlo dos veces me quite toda la ropa, y pude ver como mi cuerpo se volvía de color blanco por tan intensa claridad, por una vez en la vida, me sentía cien por ciento humano, sin ningún tabique social que me despedazara mi destino.

Esta vez el aullido del lobo se escucho como un poema que decía:

La vida

Como puede lo malo,
Seducir a la suerte,
Que te encuentras perdido,
Hasta llegar a la muerte.

Ya no quedan palabras,
Solo vivo el presente,
Sin recuerdos podridos,
Ni el futuro siguiente.

¡Como duele el camino!
Mucho más con la mente,
Que no te deja tranquilo,
Con lo que tienes pendiente.


El poema se grabo en mi cabeza como si de algo sagrado se tratara, y es que en cierta forma entre cada fragmento podía ver que era una lectura de lo que yo era antes de llegar a este punto.

A pesar de que todo seguía congelado y había escuchado tanta realidad en ese poema, seguí el llamado, porque estaba seguro que a quien querían esa madrugada era a mi, no había otra explicación, esto destrozaba toda naturaleza, esto me hacía volver a mis orígenes.

Cuando por fin subí la montaña aparté algunas hojas y mi sorpresa fue encontrar al propietario del aullido un lobo de color blanco que me guió en toda la travesía, al mirarlo me dirigí hacia él, que a su vez no me quitaba la mirada de encima, cuando por fin estaba al lado del animal, mirándonos frente a frente con la luna gigante decorando el fondo, observe que no estábamos solos, ya que nos rodeaban una gran cantidad de fieras, eran otros lobos con ojos intensos de carniceros por instinto, en un momento dado, todos rodearon mi cuerpo y como las heridas supuraban sangre, entendí que era presa fácil de dichos animales, interiormente recordé el poema, y cerré los ojos para ser devorado por cada colmillo allí presente.

Cuando por fin esperaba lo peor, empecé a sentir lenguas calientes y húmedas rozando todas y cada una de mis heridas, los lobos, como si de perros se tratase me movían la cola en señal de amistad, me revolqué y jugué con ellos, sin ninguna preocupación en la mente, hasta que de pronto sentí como mi espalda se empezaba a curvar, y los dedos de mis manos se transformaban en pequeñas uñas que salían de patas peludas, ya no era más humano, ahora era uno de ellos, en ese preciso momento, todo lo que antes estuvo congelado volvió a su normalidad, y por fin comprendí, que si realmente has de liberar tu vida de las ataduras y estigmas sociales, sólo puedes hacerlo si no eres una persona

-Notte Bellissima e grande-

-Finire-