martes, diciembre 25, 2007

Una lágrima es Dios.

Mi combinación extravagante y a la vez burgués es la que realizo como rutina para refrescar mi corazón, he sostenido en mi mano una bella copa, la forma es suficiente compleja, me encanta las curvas elegantes que tiene como emulando a las caderas femeninas, al fondo tan sólo puedo acompañar el momento con música trova, esa música que no es sencilla, que te pone a pensar, de la mano con Mercedes Sosa, mi argentina preciosa, Pedro Guerra el excelente cantautor de canarias, he sostenido mil pensamientos, que me llevan a cavilar hasta lo más bajo, a esos momentos en que no sólo he tocado el piso, sino que lo he traspasado porque me he hundido, quizás no se entienda del todo mi idea, producto del vino que ya me ha hundido en recuerdos.

Es un momento bastante elegante porque en cada canción puedo vivir una historia, muchas veces mía otras no tanto, pero es suficiente como para poder entender un poco, poder relajarme sabiendo que no soy el único que alguna vez sostuvo el mundo en sus manos, he acompañado el momento con un poco de tango, imagino siluetas bailando románticamente, es como aquellos días en que veía en el canal Arts los pasos de profesionales, pero más allá de su experiencia y su título, yo veía sentimiento, el mismo que me trajo hoy a escribir todo este disparate de un estrafalario sujeto como soy yo.

¡Oh bella navidad! Ha terminado como sucesión de una rutina, y me ha dejado el mismo agridulce de todos los años, parece como si la ignorancia me hiciera muy feliz, yo sé que voy más allá de una vivencia más allá de la simple experiencia que vive un deseo, pero no importa, al final ha sido grato pasarme por youtube y ver la ilusión en el rostro de los infantes que con emoción abrían una cantidad de regalos, y no era tanto el valor de dichos objetos sino la felicidad proporcionada por su calidad humana, ¡Oh Dios! Que bellos momentos, me hicieron transportarme a mi niñez… que lindo es vivir sin saber absolutamente nada, siendo un ser tan sólo pasional que se llena de ilusiones con pequeños objetos inanimados. ¡Felicidades! Sí una palabra muy común en estás fechas es digna para recompensar esa satisfacción inmedible que pulula por el aire, pero más intensamente en el corazón de un infante...

Son bellos momentos…

Es vida…

Saludos Cordiales.

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