domingo, noviembre 08, 2009

Quizás hoy sí recuerdo...

Es difícil ver a lo lejos y poder detallar con exactitud el tamaño y distancia de las cosas, sin embargo esto no es un impedimento para seguir creyendo que son hermosas, así sucede en la vida diaria, a veces nos acostumbramos tanto a algo que lo vemos inalterable, pero con el paso del tiempo nos olvidamos de dar las gracias, y quizás algún día, y con mucha sencillez nunca más vamos a poder probar de ese néctar que tanto nos hizo vibrar.

Así mismo el corazón, los sueños, las metas, todo aquello que nos planteamos a veces nos seduce tanto que nos adormece el sentido común, sin embargo y estando en un punto equidistante los árboles se siguen viendo magnos, a pesar de que sólo son pequeños cúmulos de tonalidades verdes, y así el cielo también se ve brillante, y aún más lejos podemos observar esas montañas que palidecen entre tonos celestes. Así mismo la vida me deja observar, y aunque ya no se tocan los pensamientos pasados, si es cierto que se miran.

Es difícil no dar gracias a todo lo que tenemos, a pesar de que a veces me siento un poco más cansado, sobretodo cuando estoy dormitando despierto, o cuando estoy replanteando el camino de mi vida, porque aunque sé que muchas acciones son inalterables, llamale a ello destino, si somos cocientes de más del 90% de nuestros actos. Y no quiero sonar como una frase positivista de auto ayuda y toda esa basura para alimentar a intelectos poco agraciados, sino más bien quiero extender mi dedo y ver el paisaje que esta a lo lejos, y soñar que puedo tocar esos árboles, cada día camino un poco, y cuanto más camino más lejos veo el paisaje, y aunque disfruté mucho hace unas semanas, eso ya se ve más lejos. Porque lejos te deja la vida y si fuera de otro modo la vida te intoxicaría, porque es excelso que lo grato te regale nudos en la garganta.

Tiempo es paisaje.

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