miércoles, agosto 08, 2007

Hojas secas…

Hojas secas…

Es una analogía muy cliché para definir una perdida, pero es por el preciosismo que en ella engloba, si te pones a mirar un árbol lleno de vida, de belleza de distintos colores según su estación, te resulta grato el poder obtener ese espectáculo de la naturaleza, y es que aunque se suceda una y otra vez, no deja de ser algo profundo, uno quisiera poder ver esa armonía por un milenio, y así sentarse debajo y abrazar la naturaleza con la más grande de las bondades.

Allí sentados con las manos extendidas cae en nuestra palma de la mano una hoja seca, petrificada por el tiempo, succionada por el olvido, y entonces te preguntas: —¿Por qué se han olvidado de esta hoja? Más allá de un proceso biológico, veámoslo con ojos de poeta el árbol allí expuesto ya tiene nuevas hojas y es feliz, la hoja en cambio se muere, se deshidrata, se desquebraja y al fin se encuentra dilapidada. A pesar de que en su tiempo cumplió para que ése árbol fuera radiante, ¿No te parece triste, ingrato e injusto? Es un maldito proceso, es la vida…

Es la existencia de los que perdemos… pero no siempre somos la hoja, muchas veces también tenemos la dicha de ser el árbol, no quiero verlo como un mini pensamiento negativista, es simplemente nostalgia pura… y ¿Qué es la nostalgia? Una parte de la vida… y ¿Qué es la vida? Yo…

Saludos Cordiales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta pisar hojas secas al caminar, sólo para escucharlas crujir.
Las hojas de orégano no servirían de mucho si estuviesen siempre frescas.
Las hojas secas, así como nuestro pasado, nunca mueren; así que sólo nos queda aprender a manejarlas.
Salutes ^^!!

evilquake dijo...

Me encanta tu manera de desarrollar una idea en base a lo que he escrito... me parece demasiado acertado todo lo que has dicho, de hecho lo comparto... creo que podemos terminar el pensamiento global con una frase de Hannibal Lecter "Las cicatrices tienen la virtud de recordarnos que el pasado fue real".

Saludos Cordiales.