sábado, septiembre 21, 2013

La caja en la cabeza

Escribí esto hace como dos semanas:

Bien hoy es viernes, un viernes como todos los demás, como siempre reina la reflexión, creo que se debe a que durante mucho tiempo me he convertido en un barco que tiene un maldito ancla en uso, quisiera ser un animal de costumbre, como el ejecutivo que todos los días realiza una rutina intachable, se despierta, desayuna, se baña, llega temprano al trabajo, realiza una que otra tarea, ve el culo de su secretaria, almuerza, realiza una que otra tarea, se despide, un poco de ocio, y a la cama.

Tengo grabada una frase en mi mente: "Me voy para buscar lo que ya no tengo". Puede leerse muy aventurero, lleno de amor o armonía, pero yo me digo a mi mismo: "Yo nunca te busque, al contrario la vida me enseño tu existencia". La idea que trato de  mostrar en esta frase es que la vida como tal no es algo que se planea, y paradójicamente es algo que vivimos planeando, incluso uno de mis libros de mercadeo decía quien no planifica, planifica fracasar, y esta bien si tomamos en cuenta cosas superficiales, el trabajo, un negocio, que se yo... pero si hablamos de algo más serio como la vida simplemente pasa...

Me acuerdo de una amiga que pasó varios meses planificando su boda, preparando todo la ceremonia, la sala de recepción para invitados, la fiesta, los payasos, la luna de miel, dos años más tarde toda su planificación terminó en divorcio, ahora mismo me pregunto si planifico su boda para los novios o simplemente para que los demás vieran el poder del amor. Creo que el amor no necesita de ceremonias ostentosas. No se planifica, es sólo ese chispazo que nos cambia la cara cuando vemos a esa persona, que detiene el mundo, lo que hacemos, sólo con pensar.

Hubo un tiempo a la edad de 20 años en que estaba obsesionado con las fechas, realmente creía que con cada examen que ganaba o perdía, eso perjudicaría todo el resto de mi plan, pero conocí a una chica que tenía en su cuello una enorme cicatriz, le pregunté: ¿Qué significa esa marca?, la chica me contó que ella era una ganadora, porque había tenido cáncer un par de veces, y lo curioso es que así me lo contó, como si se tratase de un grano, en esa etapa de mi vida contrastó totalmente con mi ideología, porque pensé en lo superficial que suena tener un plan. A veces vale la pena simplemente dejarse llevar por las corrientes, disfrutar del momento, algo que pocas veces hacemos, porque o vivimos en el futuro o en el pasado.

Nos sorprende la vida, por ejemplo este año conocí la existencia de los loros Ringneck, son originarios de Asia, y son realmente simpáticos, parecen una especie de robot por su aro que rodea el cuello, también son legales en mi país y en otros sitios como España los matan porque están acabando con los huevos de otras aves. Uno de mis objetivos es tener uno de ellos, ahora no puedo permitírmelo porque no tengo trabajo, pero precisamente esas sorpresas son de las que quiero beber todos los días.

No voy a mentir todos tenemos una burbuja, un espacio, un acontecimiento, en el que quedamos atrapados el resto de nuestras vidas, y con el paso de las horas, simplemente lo escondemos, pretendemos que no existe, pero cada mañana, que nos vemos en el espejo, y nos damos cuenta que hemos cambiado, entendemos que eso a lo que tanto le debemos, esta ahí y nos acompañará, no sólo en el desayuno, sino hasta que respiremos por última vez.

Hay una canción de Eddie Vedder que describe su dolor interno, fue una etapa de su vida, siempre me llegó al corazón ese tema:

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