viernes, mayo 18, 2012

La fría ciudad

En realidad nunca pensé que me congelaría, no necesariamente me refiero al frío de la ciudad, tampoco busco excusas para cubrir mi carencia cuando socializo,  es sólo una reflexión de como se manejan las cosas en esta vida. Por un lado encuentras a una persona que hace mucho no ves, (Quizás hasta te sacó de su red social que ambos tienen en común), pero en ese instante todo vuelve a ser humano, se olvida la tecnología, las rencillas del pasado y demás, un beso y un abrazo, para sentir piel, sentirse animal, que es lo que somos todos al fin y al cabo, no obstante... el vinculo se rompe y regresamos al principio... a la tecnología, a la falsa sensación de comodidad...

Permitame seguir avanzado, debo de rendir con mi vida, es cierto a veces hablamos, construimos cosas, logros, ¿En qué se basan estos?, en apilar cosas, la televisión me lo recuerda todos los días, pero ya no hablemos de un medio que se queda atrás (Lee con ironía que sigo hablando de las necesidades adquiridas, o más bien de las que me hicieron creer)... ¿Por qué soy mejor persona al tener un teléfono nuevo?... oh disculpe no estoy bien de la cabeza, estoy pensando demasiado posiblemente tenga que ir a un hospital psiquiátrico a la sociedad distópica no le sirve que pienses, la misma crece mientras te da un "Papel" que debes de seguir a la medida...

¿Cuáles son las conversaciones que suelo escuchar? de cosas que la gente quiere comprar, y de lo que no tiene, o del dinero que gana, o de un futuro trabajo para ganar dinero, o en su defecto de un dios falso para mitigar esa culpa de tener muchas carencias... ¿Apilas cosas? no pero siempre voy a la iglesia todos los domingos, para apilar conocimientos (Aunque realmente sólo voy por cumplir, fue un hábito adquirido que no se me quita, perdone usted pero no le tengo la suficiente confianza como para fallarle a dios para contarle lo que realmente siento, quizás nunca lo haga)... 

Un momento necesito un receso para consumir un bocadillo, no tengo demasiada hambre pero se le llama antojo a comer ¿Una mandarina? ¿Una naranja?, no quiero molestarlo pero las frutas me aburren, necesito marcas para aderezar este pan, que también tiene marca. Perdón por ser algo redundante en este texto, pero es que todos mis días me hacen llegar al mismo lugar... quiero escapar a veces, a ese paraíso del panfleto que tiene los bordes blancos, de tanta tinta perdida...

-Disculpe pero creo que usted es demasiado negativo... - Entiendo que lo creas, porque lo que digo es parte de mi diario vivir, pero tengo escapes de vez en cuando, como por ejemplo cuando escucho un poco de música o veo algún tipo de representación artística, no quiero ser tan idealista como lo fue en este tema algún filósofo llámese: Nietzsche, Schopenhauer o cualquier otro que rindiese homenaje con palabras de gloria sobre toda la temática artística, no tengo tampoco demasiado tiempo como para pensar en ello, debo usar mi computadora para ver que pasa en el mundo, al fin de cuentas ese es el que nos conecta a todos...

Sabe creo que el día en que logren trasladar sensaciones al Internet, como el sexo, ya nadie nunca volverá a salir de sus casas, entiendo que no le haga demasiada gracia, estamos a años luz de algo así, pero imagine lo divertido que sería la gente presumiendo al debutar...

-Bueno señor, quisiera seguir escuchándolo pero la hora de terapia ha terminado-, En serio y ¿Cuanto me va a costar? -Bien son sólo 30 dólares la hora... -Es lo que le digo, donde yo veo un amigo, usted ve un trabajo, donde yo veo una persona, usted ve dinero... -Señor, hablaremos de eso en otra sesión, por ahora tome su chaqueta y ánimos, que la vida no se puede ver tan negra...- Esta bien, me iré, pero no lo haré sin antes pedirle un fuerte abrazo, permitame tener decimas de segundo para volver a ser humano.

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