lunes, julio 09, 2007

En el alto de Cendre

Hola hace mucho tiempo que no tengo la oportunidad de compartir un cuento con ustedes y la verdad es que este en especifico en sí nace de una conversación que tuve hace algunos meses con una amiga por sms, para ser más concreto hablaba con Rebeca y ella me dijo: "contamé un cuento inventado" y se me ocurrió este que van a leer a continuación, espero que les guste.

Saludos Cordiales.

En el alto de Cendre.

En la parte más alta de una pequeña isla, existía una gran montaña bautizada Cendre, era muy ordinario encontrar aldeanos tomando agua del río que iniciaba en el bello montículo y que escapaba en el mar como todo aquél que busca libertad para poder respirar.

Entre tanta vegetación se perdían muchos matices del mundo urbano, pero esto a la vez, dotaba de un carismático ambiente al bello pueblo, ¿Quién puede extrañar el olor a gas?, o la superficialidad de una sociedad acostumbrada a los estereotipos, es tan curioso que la preocupación de los estándares impuestos por la sociedad actual, nos limiten más a pensar que a apreciar ¿imaginas la cantidad de atardeceres que nos hemos perdido?, y es que somos víctimas de un patrón impuesto, pero en esta isla todo es distinto.

A orillas del río una chica bañaba su cuerpo desnudo, el complemento parecía natural y pulcro, pero la realidad era otra, esta mujer de nombre Lilarah se quejaba constantemente de la simpleza de la vida rural, comentaba en numerables ocasiones que era preferible vivir en una ciudad capital, conocer de estrellas distintas a las que tan hermosas se miran en el cielo, era desigual a las damas de la isla porque aunque estas eran vanidosas, no tenían ese extremismo de la perfección impuesta.

Lilarah disfrutaba bañando su cuerpo entre las rocas, una vez terminada su tarea se dispuso a broncear su belleza, tenía que trepar por algunas piedras para colocarse en la plataforma natural que parecía construida por Dios para ella, era su ritual de cada mañana, mientras subía lentamente no pensó nunca que la vida le jugaría un infortunado pasaje, ya que mientras se aferraba de las rocas, un error le propino una caída tan grande, que la dejo tumbada y adolorida al lado del río.

Cuando abrió los ojos para volver en sí, notó como todas sus costillas estaban fracturadas, pero el golpe que más le impactó fue el de su pierna, ya que tenía una herida abierta de unos 15 cm producto de una rama que se le incrusto cuando caía. Tenía mucho dolor pero a la vez pensaba en lo zarrapastrosa que se veía, además ni siquiera tenía fuerzas para caminar, pensaba mucho en el que dirán las demás personas al verla así.

Pasaron algunos minutos mientras pensaba que hacer, pero cerca de allí escucho un estruendo que probablemente provenía de un animal salvaje, a Lilarah se le llenaron los ojos de lágrimas, tenía una agonía recóndita y no era capaz de encontrar una solución exacta ante esa circunstancia.
Analizo la situación y dijo: —Podría gritar para que los aldeanos que están cerca de mí, acudieran por mi ayuda, pero al mismo tiempo tendría que vivir con esta condena de una cicatriz profunda y estéticamente horrible en mi pierna, además las demás chicas se burlarían, porque saben lo hermosa que soy, y la envidia siempre ha corrido por sus venas. — Mientras decía todo eso el ruido intenso se escuchaba cada vez más cerca… y la chica se preocupaba cada vez más.
Decía: — ¡Oh Dios mío! ¿Qué será de mí si ese animal me come?, ¿Cómo puedo morir aquí?, ese ruido terrible es cada vez más fuerte ese asesino salvaje debe estar por llegar… —
Las horas pasaban y Lilarah se encontraba frente a otro gran problema y es que ya no sólo el ruido la molestaba sino también el empezar a perder mucha sangre y probablemente sino pedía ayuda, pronto moriría. La chica empezó a toser y se dio cuenta que de su boca también salía sangre, lo cuál la aterro.

El gruñido era tan fuerte que en un punto determinado lo sintió justo en su espalda, y la chica decidió que valía mucho más su vida que aguantar la humillación de ser devorada por un animal como ese, entonces fue cuando abrió su boca para dar ese grito de socorro para poder tener una chance en la vida, sin embargo el resultado la dejo estupefacta, el grito que salió de su boca era exactamente igual al ruido que escucho horas antes, el llamado era simplemente una materialización de sus miedos, los ojos de lilarah se abrieron mucho más de lo normal, levanto su tórax lo más que pudo y como si alguien hubiese oprimido un botón de un pronto a otro el cuerpo de la chica cayo en la tierra totalmente sin vida.

Nadie puede huir de los miedos, tarde o temprano nos encontraremos con ellos.



No hay comentarios.: