miércoles, enero 19, 2011

Al principio los tomates verdes

Todo el mundo es al principio puro como un bebé, lloramos y curioseamos por el mundo, tratando de encontrar respuestas a todo, pero los que ya han vivido bastante nos detienen, al final no gritamos, no corremos, ni nos ensuciamos, le damos más importancia a lo que dicen, que a disfrutar. Por eso quiero tirarme en el pasto y llenarme las manos de barro, y oler el dulce aroma de lo natural, para finalmente ver al cielo y ser envuelto en celeste y nubes.

Aunque muerdas una fruta amarga, no te rindas y seguí adelante, aunque yo a veces pueda ser esa fruta, no me mal interpretes, sube los pies sobre el escritorio, coloca tus brazos detrás de tu nuca y relájate...

Aunque sea algo que acaba de suceder en la lluvia, me duele en el alma y lo bueno de la lluvia es que oculta las lágrimas, así que vamos a caminar entre la gente, perdámonos de nuevo entre mil rostros que no conocemos, hasta que yo también me pierda y tampoco me conozcas, así quedaré y diré estoy solo como un hielo en la deriva...

Yo perdí el pelo, amigos, novias y un sin fin de lugares, que por más que trato de recordar no aparecen siquiera un instante en mi cabeza, pero no te preocupes, que así como desaparecieron yo también lo haré algún día, todos perdemos y todos ganamos, lo bueno es que nunca es para siempre, el mal que hago no lo haré nunca para siempre, por eso también puedo arrodillarme y con la punta de mis labios tocar el agua fría.

Besar tus finos dedos, me hizo recordar como llorabas, Aunque se haya acabado, nunca olvidaré el último beso, nunca lo olvidaré, nunca lo olvidaré, su beso nunca lo olvidaré...


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