miércoles, enero 27, 2010

¿Y los que no nos ven?

Claro viven arriba, no pueden ver lo que sentimos...

Así como yo, él también miente

Miente todo corazón ausente,
Como el político y el hermano,
Como la razón presente
Que olvida también el dolor adyacente.

Miente la señora en el bar,
Así como miente el presidente,
Miente el abogado y la criada,
Como mi dolor que no es reciente.

Miente la novia que llora,
Miente el policía y el docente,
Pero sobre todo el que se encuentra decadente.
Y el dolor de la gente a veces también miente.

Miente el que acusa y no ve,
Que 3 dedos lo representan,
Como el culpable presente,
Ante el dolor de la gente.

Ellos y yo, somos gente
Que simplemente también miente
Y por eso es que mientras escribo,
Sólo sé que el que lee también miente.

El tiempo pasa...

El tiempo pasa nos desgarra, nos rellena, pero el tiempo nos regala vida.


El papá de mis sueños

El carisma de Dios suele ser el mismo que el de un padre al hijo, por aquellos días yo todavía amaba a mí Señor y desde luego también a mi padre.

Recuerdo los atardeceres con tonos amarillos y anaranjados, también recuerdo la plaza en donde mis amigos y yo nos reuníamos, era muy normal jugar distintos juegos pueriles, desde rayuela, hasta escondido y los ya clásicos fútbol, baseball y básquetbol, ahí nos daban las horas, justo después de salir de las aulas, nos dirigíamos a jugar toda la tarde, algunas veces también recibíamos la noche y era hasta que una de nuestras madres furiosa nos advertía que era demasiado tarde para seguir nuestros responsables juegos, y te digo a vos que eran responsable porque en todo ese tiempo éramos puntuales pocas veces disfrutamos tanto como esos años allá por el 94. Justo después de disfrutar de nuestra reunión me iba a la casa, y me ponía a leer historietas o a escuchar la radio, detestaba sobre todas las cosas cuando sonaba una canción de algún tipo que realmente me tocaba los cojones, pero como todo en la vida sólo esperaba a que terminara la canción, quizás por la fidelidad que tenía por ese entonces a la emisora Exa 89.

A la Edad de 8 años mi padre siempre compartía conmigo, me llevaba los fines de semana a pescar, yo no entendía demasiado del deporte, y nunca hasta el día de hoy entiendo la diferencia de las carnadas y anzuelos, sin embargo a mi viejo le atraía tanto que es difícil no recordarlo al ver cualquier implemento de pesca. Un día cuando regresaba de la escuela, esperaba colocarme mis tacos de fútbol para ir a jugar con los chicos, sin embargo la fortuna no me sonrío esta vez, dado que cuando me dirigía a mi casa vi un grupo de ambulancias justo al frente de nuestra vieja casa en barrio Escalona, justo ahí pensé que se trataba de algún simulacro de tantos que hacía la comunidad por aquella zona, pero cuando vi a los paramédicos saliendo por las puertas, me di cuenta que llevaban un cuerpo bajo unas sábanas, después de eso salió mi madre llorando con una cara de angustia como nunca le había observado en toda mi corta edad.

Corrí hacia ella en señal de respuesta y lo único que pudo decir fue: “Se nos fue”, inmediatamente después de eso, entendí que se trataba de mi padre, mi papá se había ido, no sabía de qué manera pero lo único que pude hacer fue acompañar a mi madre en el llanto, que no sólo me hizo perder un año de escuela sino que se prolongo por alrededor de unos 6 meses. Desde ese momento comenzó mi furia contra Dios, yo no comprendía al viejo, estaba furioso quería una citatoria con él, algunas veces apile varias cajas en la sala de mi casa y le suplicaba a los ángeles que me llevarán a hablar con él, todo para que me diera respuestas de: ¿Dónde estaba mi padre?, desde luego nunca tuve respuesta… yo no podía entender porque si el país era tan grande, e incluso el barrio, por qué teníamos que ser nosotros a quienes nos pasara esto. ¿Por qué mi padre que gozaba de buena salud, porque tenía que darle un infarto?, me sentaba muchas horas justo en el suelo de la sala, para observar uno de los tantos pescados que mi padre tenía colgado justo en el centro de la pared de la sala, imaginaba todo el empeño y lo orgulloso que se sentía de haberlo atrapado.

La gente en el barrio nos miraba con cierta lástima, y sabiendo que la profesión de mi madre era ser ama de casa, terminaron haciendo una colecta para poder suplirnos un poco de ayuda al menos por alrededor de 7 meses, yo me sentía muy humillado, porque una cosa era ser ayudado y otra que te vean con cara de tristeza en todo lado que ibas, desde que hablaba con el sacerdote de la capilla comunal, hasta el profesor en la escuela que a cada instante quería hablar a solas conmigo, tan sólo para darme apoyo o más bien para elevar su ego. Después de 1 año mi madre ya no pudo más y tuvimos que mudarnos a un barrio marginal, dado que ella no pudo seguir manteniendo una familia de 2 niños, ya que su trabajo de cajera en un supermercado, no daba los ingresos suficientes para poder seguir viviendo una vida más o menos decente. Con el paso de los años entendí más el mensaje del de Arriba, sabía que no era una cosa exclusiva de mi familia, pero costó mucho asimilar la pérdida, ahora veo con otros ojos la vida, ahora desde mi piso de madera que cruje por las noches. Pero el pescado de mi padre sigue colgado en la pared de mi sala, y no sólo el pescado, sino también mi corazón porque lo amo mucho.

La mécanica del Diario

¿No sé cuanto tiempo ha pasado? ni siquiera sé en que momento me perdí, lo único que puedo ver es el interior de mi bebida alcohólica dando vueltas en mi copa, es difícil sostener una vida, creo que al final por eso acepto la copa de otro caballero que cordialmente me invita a seguir bebiendo.

Con esta ya van alrededor de 4 tragos, siempre de un caballero distinto, he visto varios hombres atractivos, pero sigo con una pena muy grande por eso prefiero tomarme el tiempo literalmente, es decir bebiendo de las copas, al lado esta mi amiga Jessica, sólo se ríe, es complejo entenderle a alguien en ese estado de ebriedad. Yo sin embargo soy más precavida y me mido en base a las anteriores experiencias, confiezo que 4 copas me ponen bastante feliz, sin embargo puedo mantenerme lo suficiente racional como para saber donde estoy y donde voy.

Es la tercera vez que voy al baño, dado que soy como las que en España conocen: "De pitillo flojo", puedo caminar bien y desde luego tengo unos minutos en el baño de mujeres, el mismo siempre es un drama, y más parece una sala de reuniones que un baño en sí, hay amigas por aquí y por allá hablando de acontecimientos que poco o nada me importan, de hecho yo soy de las que asisto sola, no me gusta ir acompañada para chismear, he tenido tiempo para colocar un poco de agua en mi rostro, no me preocupa el maquillaje, dado que contrario a las otras chicas no soy de las que usa demasiado, he tenido el suficiente tiempo como para ver mi rostro en el espejo, me veo poco feliz y hasta algo cansada, no sé exactamente a que se debe, a mis 25 años debería sentirme bien. Es acaso que todo con el tiempo se complica. No es que envidie a las demás personas pero me gustaría a veces estar en otro lugar, quizás gracias a mi juventud tengo deseos de tenerlo todo ya, y a toda costa, incluso lo mejor.

En fin, lo único que deseo es volver a tomar otra copa, nada mejor que una bebida fuerte y con aroma a cereza, a veces hago una analogía y cada trago es como una inyección para socializar más, y no pensar tanto, porque el pensar es a veces el mayor esclavo a los sueños que probablemente nunca realicemos, por eso prefiero inyectar más alcohol a mi cuerpo, que seguir viviendo irrealidades, al menos por algunos instantes suelo pensar que poseo todo lo del mundo, todo eso al alcance de una copa.

Con un poco más de confianza me he quitado los tacones, nadie podría verlo dado que el antro esta bastante oscuro y por debajo de la mesa es complicado que alguien se acerque, justo a mi lado se ha sentado un muchacho, claro que me lo ha pedido de manera cortés y yo al mirar el estado de la para mí Invisible Jessica he decidido aceptar su propuesta.

-Hola mi nombre es Miguel, yo fui quien te invitó a la copa- dijo con un tono casi sensual, yo desde luego no sabía de que copa hablaba porque es muy natural y por cierta astucia que tengo al ir a bares y recibir invitaciones de bebidas con apenas conocer algo de los tipos. yo respondí: -Muchas gracias la verdad es que ese martini me encantó-.

-Martini, yo te invité a un whisky en las rocas- dijo con tono de preocupado. Me di cuenta que no se trataba de la última bebida sino de una anterior, este tipo de situaciones no sólo comprometen humillan pero sé librarme de ellas, así que dije: -Es cierto lo que pasa es que Jessica mi amiga me la cambio porque ella quería beber Whisky-.

-Suele suceder, mirá me he dado cuenta que te veo pensativa y con una sensibilidad demasiado exagerada como para estar en un antro como este, dime ¿Deberíamos ir a algún lugar más tranquilo para poder platicar sobre nosotros?.- A medida que terminaba sus frases pausaba más la voz como para insinuar un mensaje de sexo cada vez más explícito.Yo no es que sea una santa, desde luego me gusta volverme difícil ante chicos que conozco demasiado, lo que pasa es que cuando conoces a alguien profundamente involucras el corazón y los sentimientos y realmente no haces sexo, sino que tienes un cúmulo de sentimientos que te mueven todo el cuerpo, incluso en el vientre sientes como mariposas, a diferencia del sexo, que desde luego es una necesidad, sin amor no es más que sexo. Pero finalmente el sexo también es muy bueno, esta es una declaración que no admitiría en las fiestas de café y galletas con mis amigas, pero a mí me encanta hacer el amor, y por eso no dudo demasiado ante propuestas esporádicas.

-Me encantaría estar a solas contigo Miguel, pero también tengo la responsabilidad de dejar a Jessica en la puerta de su apartamento, porque si miras el estado de ella es imposible que por sí sola llegue.- Le dije mientras mi mirada se detenía justo al enfocar sus bellos ojos de color azul.

-No deberías preocuparte, dado que también estás algo ebria pero yo casi no he bebido y puedo dejarla a ella en su apartamento y luego irme contigo a conversar en el mío- dijo Miguel con la voz que cada vez era algo más apetecible para mi persona, sin duda acepte moviendo la cabeza, y nos fuimos en su auto, un deportivo de color negro, que daba la sensación de ser de un ganster por sus vidrios polarizados.

En el trayecto no dijimos ni una sola palabra, yo sólo cavilaba sobre lo que haríamos después de dejar a Jessica. Cuando llegamos justo a ese momento fue una tarea difícil guiar a mi amiga para poder encontrar su puerta, y me sentí como en un juego de televisión de sábado, dado que tuve que probar como 1000 llaves para por fin dar con la que abría la puerta central, una vez entramos a la sala, Jessica se desplomó sobre el sofá de su sala principal, yo le apagué las luces y me fui al auto de Miguel.

-Tu amiga se pasó de copas, pobrecita- Dijo Miguel, a lo que yo respondí; -Estará bien para mañana lo que sucede es que esta deprimida porque su novio recientemente la ha dejado y entonces no sabe como sobrellevar la situación-.

-Entiendo suele suceder, me pregunto ¿Cómo una chica tan sensual como vos no tiene novio?- Me dijo con ciertos aires de grandeza, a lo que yo respondí: -Nunca dije que no tuviera novio, pero sé tus intenciones de esta noche, tienes deseos de tener relaciones conmigo, y te diré una cosa, no te lo voy a negar tengo muchas ganas de hacerlo también.-

Fuimos a su apartamento, un lugar cerca del muelle, con cierto estilo de lujo, de hecho recuerdo las lámparas de la entrada parecían remontarte a otra época, no puedo describir demasiado dado que la clase de historia del arte nunca fue demasiado excitante para mi persona. Lo que si puedo mencionar es que creo haber tenido una de mis mejores relaciones sexuales esa noche. Tampoco quiero entrar demasiado en detalle, hay momentos en que una persona debe guardarse sus momentos de lujuria para ella misma.

Al día siguiente Miguel se despertó mucho después que yo, y cuando vio que me retiraba de su apartamento me dijo: -Espera, quiero saber una cosa, por qué razón desde que te conocí en el bar, no me has dado un sólo beso a pesar de que hemos tenido relaciones sexuales y nos hemos acariciado-, a lo que yo respondí: -Estás loco, ¿Un beso? sería demasiado íntimo, fue sólo sexo...-

Un beso es lo que realmente me remueve el corazón, un beso es lo más grande que puede sentir cualquier mujer, no es lo mismo que sólo tener relaciones, es algo más profundo, que trasciende, algo que te libera, que te envía directo a otro mundo, yo desde luego tuve otros momentos de sexo nada más pero un beso... un beso todavía espero de mi verdadero amor.


martes, enero 19, 2010

Los aviones

Me gusta la música melancólica porque creo que es la que dilata el pensamiento. Experiencias vividas, momentos encapsulados, que más se le puede pedir a la vida. No sólo vivir el hoy sino que masticarlo.


Esas palabras que se vierten por ahí

Es curioso cuando escuchas una frase que de pronto puede ser un cliché ya que se dice una y otra vez y quizás hasta uno mismo alguna vez tuvo la oportunidad de oír pero en realidad no prestó atención como luego si pasó en ciertos momentos de la vida. En cierta forma me recuerda mis días pueriles cuando iba a la iglesia y para mí era un juego de agacharse y ponerse de pie, nunca escuché la palabra de Dios, y reconozco que ya grande puse más atención a cada salmo y sermón y desde luego tome la decisión de no seguir siendo creyente.

En esta ocasión se trata de la frase: "Sos dueño de lo que sabes, esclavo de lo que dices", es difícil para uno como escritor y más cuando tenés ese proceso de ser sincero con todos y sobre todo con vos mismo. Pero la frase en si resume lo que uno debe cuidar en la vida, y sobre todo cuando esta muy enojado, en el pasado dije algunas o más bien muchas tonterías, que de pronto se hubiesen solucionado si callaba y simplemente respondía en otro momento, pero uno es ingenuo y termina siendo esclavo de todo lo que algún día dijo, y no sólo vos, sino también la persona con que discutías, ya que es posible que también dijo cosas sin pensar y terminó siendo una persona esclava. Como lo hemos sido todos, y vos incluso. Si hablo de vos esa persona que me esta leyendo ahora mismo.

Cuando somos muy jóvenes, queremos correr, pero no entendemos que no llegaremos a ningún lado, ya que la vida no es una competencia, la vida es vida nada más, se trata de disfrutarla y vivirla, más que tratar de conquistarlo todo tan rápido, que incluso no nos de tiempo para poder pensar en donde estamos. Con el paso de los años ya no pienso tanto en conquistar, sino en disfrutar, y la paso mejor sin esa fea presión de querer tener el mejor trabajo, la mejor novia, el mejor futuro. Lo que importa es saber que estás vivo y que pasando el tiempo siempre esta abierta la oportunidad para creer y conocer más gente y más experiencias.

Y sobre todo al lado de los que te quieren. Los que verdaderamente nunca te van a abandonar.

Saludos Cordiales.

jueves, enero 14, 2010

Un rincón para el pensamiento

Alguna vez me engaño, y sin tener nada creo tenerlo todo, así de simple e irónico, porque aún teniendo las manos vacías, me esfuerzo por seguir caminando, pero qué difícil se hace, caminar sin abrigo, en un lugar muy frío, que tremendo y complejo es respirar con apenas un poco de aire, así de absurdo.

Por eso es que sin tener nada creo tenerlo todo, porque hay momentos donde puedo ver más allá de mi propia persona, cuando me encuentro en el cuarto y apago todas las luces, o simplemente cierro los ojos o duermo soñando, o sueño durmiendo, así de sencillo resulta el ejercicio.

Porque cuando uno no tiene nada más que el pensamiento dando vueltas en un espacio negro, uno mismo se las ingenia para construir un mundo en las tinieblas, y la prueba no la sugiero yo, sólo soy un simple humano que vive y no ha logrado demasiado, la prueba lo dan los grandes maestros de la literatura, como por ejemplo el Marqués de Sade quien escribió en lugares cerrados y oscuros, genialidades.

Es por ello que deseo ser un gran hombre, sin tener nada, y logrando tener todo, lucho por eso pero no será sencillo... las cosas nunca parecieron sencillas, sin embargo tampoco pensé que fueran tan extremas, tan complejas y sobre todo desarticuladas.

Saludos y besos, este es el blog de nadie, porque sé que nadie lo lee, pero para mi es suficiente escribir algo de vez en cuando.

lunes, enero 04, 2010

Los mareados

Todo ciclo también se corona, supongo que es nuestra forma de sentirnos un poco más a gusto para contradecir al juez tiempo, que finalmente es quien dicta sentencias, así de irónica es la vida, a veces deseas correr demasiado, pero finalmente luego de la carrera, recordás que hubo un inicio para un fin, y puede sonar totalmente obvio, hasta que empezás a digerirlo, es como cuando tenés tantas ansias por alcanzarlo todo y al final no disfrutás del proceso. A veces yo miro también el camino y procuro disfrutarlo, no hay nada más placentero que verse por la vida lento, lento para sensibilizarse ante todo, desde el viento que roza tu cara, hasta el rico sol que no te quema a veces, sino que te anima, eso es vivir.

Pero a diferencia de hoy, hubo muchos momentos en que la única importancia era hacerlo todo rápido, terminar de estudiar, hacer ejercicio de una manera insostenible, tener un empleo, dinero, poder, y todo aquello que me separara más del hombre con miseria, eran otros tiempos, había un coctel de sueños y una maleta de esperanzas, hoy hay un cuadro que me dice donde estoy, y quien soy, y no hay demasiado misterio, viví otra vida, en esta misma vida, y hoy vivo y toco las cosas, las cosas que nunca toqué pero siempre estuvieron allí, todo eso claro, en su momento, y como si se tratase de una escalera donde cada peldaño es una ilusión, por momentos caí al vacío, reprimido por creer, y con la absurda ideología de que la vida necesita algún tipo de manual escrito, de que la vida se vive, de que hay alguien que te dicta como vivís bien. Así de estúpido me vi expulsado de mi escalera, así es que hoy en día trato de volver a subir.

La realidad claro nos acerca cada vez más a dejar de soñar, pero soñar es lindo, soñar me ha movido hasta donde estoy, claro que, siempre es más pesado, pero también cada peldaño es más sólido. Y también cada recuerdo es más intenso, porque cuanto más te alejás de un momento en el tiempo, más razón hay para darse cuenta que existió, y más aún para dar cabida a añorar, y añorando también vivimos, y sino recordáramos simplemente estaríamos muertos.